Hablar de granito en España es hacerlo, de manera indiscutible, de Galicia. De hecho, la comunidad autónoma gallega es una de las principales regiones del mundo en cuanto a disponibilidad de granito para la industria, con el 37% de su superficie ocupada por lo que denominamos granitoides, nombre científico que reciben el cuarzo, el feldespato alcalino, la plagioclasa y la mica, los minerales que conforman el granito.
Para encontrar el origen geológico de esta presencia masiva de granito en Galicia hay que retrotraerse, nada más y nada menos, al periodo paleozoico; esto es, entre 540 y 250 millones de años, cuando la región experimentó varios episodios de orogenia, con especial mención a la llamada Orogenia Varisca, que supuso la colisión de varias placas tectónicas que, a su vez, provocaron la formación de grandes cuerpos de granito en el subsuelo.
Hay que tener en cuenta que el granito se forma a partir de magma que se enfría y solidifica lentamente bajo la superficie terrestre. En este proceso tienen mucho que ver las intrusiones ígneas, habitualmente comunes en Galicia debido a su historia geológica activa, que también colaboraron a la existencia masiva de grandes cuerpos de granito en estas latitudes.
Después de estos movimientos originales, el proceso de erosión producido a lo largo de millones de años, sirvió para remover las capas superiores de roca sedimentaria, dejando, de esta forma, mucho más expuestos los granitos que se formaron en el subsuelo. La acción permanente del agua y del viento, imperantes en la habitual climatología gallega, han hecho posible, además, que ese granito se haya mantenido visible y abundante en la superficie.
Mucho tiempo después llegó el proceso industrial de la extracción y comercialización del granito, pero el mineral ya estaba allí cuando el hombre comenzó a pensar en la mejor manera de utilizarlo, primero para mejorar su vida cotidiana y, después, para extraer el mayor rendimiento posible del mineral más cercano a los gallegos. En este sentido, algunos de los primeros emprendedores del granito fueron los artesanos gallegos que utilizaron el granito, porque lo tenían muy a mano, como piedra de cantería. Basta recordar la Catedral de Santiago de Compostela y tantas otras edificaciones religiosas y civiles extendidas por toda Galicia.
Han pasado los siglos y Galicia se ha convertido en la región española del granito por antonomasia. El caso más destacado es el del Macizo de O Porriño, donde se encuentran las instalaciones de Granilouro, pero también existen grandes concentraciones de actividad en otros macizos como los de Ribadavia, Ourense, Caldas de Reis, o el Macizo de Puebla de Parga.
Actualmente existen en Galicia más de 150 explotaciones activas de granito para piedra natural, convirtiéndose así en uno de los motores fundamentales de la economía de la región. No en vano, a finales de la década pasada más del 15% de las mercancías que se movieron en el puerto de Vigo contenían granito y se calcula que la industria proporciona empleo, entre directo e indirecto, a más de 4.500 personas en todo el territorio gallego.